Thursday, October 2, 2008

Un país para quedarse


España, donde uno de cada diez habitantes es extranjero, no es una excepción. Al margen de regulaciones, lo que más anima a emigrar son esos contactos.

El 81% de los entrevistados -una muestra de 15.500 personas- tiene previsto traerse a su familia. El caso más sangrante es el de las mujeres o parejas con hijos. Un 25% de los descendientes se tuvo que quedar en el país de origen, y su reagrupación es una prioridad. Así sucedió con María y Sileni Tabarez, dominicanas, cuya madre había emigrado a España en los años noventa con la firme intención de sacar a sus hijos -dos chicos y dos chicas- de la isla sin oportunidades. Lo dejó todo previsto mientras empezaba a trabajar como interna en Madrid: sus hijas de 13 y 14 años estudiarían peluquería y estética, y cuando reuniera el dinero les pondría una peluquería en España. "Así fue como llegamos aquí de jovencitas, en 1997. Terminamos nuestra formación y, con mucho esfuerzo, mi madre nos ayudó a montar esta peluquería y locutorio. En cuanto a mis hermanos: uno trabaja en el aeropuerto de Barajas en servicios de paquetería, y el otro está en el paro", señala Sileni, hoy empresaria, que trabaja de nueve de la mañana a nueve de la noche entre secadores y pinzas, con su impecable rostro maquillado. Finalmente, el sueño de su madre -que de interna ha llegado a secretaria de una constructora- se cumplió. A estas alturas, nadie de su familia se plantea regresar, por mucho que echen de menos "la bachata y el ritmo de vida más tranquilo".

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